El papel de la nutrición en la salud mental es cada vez más reconocido. Junto con la ingesta dietética, la nutrición también se puede obtener de «suplementos nutricionales», como ácidos grasos poliinsaturados (AGPI), vitaminas, minerales, antioxidantes, aminoácidos y suplementos pre / probióticos.
Recientemente, ha surgido una gran cantidad de metanálisis que examinan los suplementos nutricionales en el tratamiento de los trastornos mentales.
En una meta revisión de esta evidencia de primer nivel, identificamos, sintetizamos y evaluamos todos los metanálisis de ensayos controlados aleatorios (ECA) para informar sobre la eficacia y seguridad de los suplementos nutricionales en los trastornos mentales comunes y graves. Nuestra búsqueda sistemática identificó 33 metaanálisis de ECA controlados con placebo, con análisis primarios que incluyeron datos de resultados de 10,951 individuos. La evidencia más fuerte fue encontrada para AGPI (particularmente como ácido eicosapentaenoico) como tratamiento complementario para la depresión. Evidencia más incipiente sugirió que los PUFA pueden ser también beneficiosos para el trastorno por déficit de atención / hiperactividad, mientras que no hubo evidencia de esquizofrenia. Los suplementos a base de folato fueron ampliamente investigados como tratamientos complementarios para la depresión y la esquizofrenia, con efectos positivos de ECA de metilfolato en dosis altas en las principales
desorden depresivo. Hubo evidencia emergente de N-acetilcisteína como un tratamiento complementario útil en los trastornos del estado de ánimo y la esquizofrenia. Todos los suplementos nutricionales tenían buenos perfiles de seguridad, sin evidencia de efectos adversos graves o contraindicaciones con medicamentos psiquiátricos.
En conclusión, los médicos deben ser informados de los suplementos nutricionales con eficacia establecida para ciertas afecciones (como el ácido eicosapentaenoico en la depresión), pero también deben ser conscientes de aquellos que actualmente carecen de apoyo probatorio. La investigación futura debe apuntar a determinar qué
los individuos pueden beneficiarse más de los suplementos basados en evidencia, para dilucidar aún más los mecanismos subyacentes.