Los beneficios de la hipertermia en el rango de fiebre alta se han utilizado en medicina desde la cultura griega antigua hasta la actualidad. La electrohipertermia de amplitud modulada, inducida por una corriente de radiofrecuencia de 13,56 MHz (mEHT u oncotermia), ha sido un medio emergente de administrar hipertermia clínica locorregional como complemento de la radioterapia, quimio y oncoterapia dirigida molecular. Este tratamiento único aprovecha el cambio metabólico en el cáncer, lo que resulta en una glucólisis oxidativa elevada (efecto Warburg), concentración de iones y conductividad eléctrica. Estos promueven el enriquecimiento de los campos eléctricos e inducen calor (controlado a 42 ° C), así como los flujos de iones y el desequilibrio a través de los canales de la membrana de las células tumorales. Por ahora, La acumulación de estudios preclínicos que utilizan modelos in vitro e in vivo de diferentes tipos de cáncer ha revelado detalles del mecanismo y antecedentes moleculares de los efectos oncoreductores de la monoterapia mEHT. Estos incluyen la inducción de roturas de doble cadena de ADN, estrés celular y de salud irreversible y muerte celular programada; la regulación al alza de chaperonas moleculares y la señalización de daño (DAMP), que puede contribuir a una muerte secundaria de células tumorales inmunogénicas. En las terapias de combinación, la mEHT demostró ser un buen quimiosensibilizador al aumentar la captación del fármaco y los efectos reductores de tumores, así como un buen radiosensibilizador al regular negativamente los genes diana relacionados con la hipoxia. Recientemente, la estimulación inmune o la inyección intratumoral de células dendríticas presentadoras de antígeno han podido extender el impacto de la mEHT local en un efecto «abscopal» sistémico.