La sepsis, una disfunción orgánica potencialmente mortal debido a una respuesta desregulada del huésped a la infección, es una causa principal de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Décadas de investigación no han podido identificar ningún objetivo terapéutico específico fuera de los antibióticos, la eliminación de fuentes infecciosas y la atención de apoyo. Más recientemente, la vitamina C se ha convertido en un agente terapéutico potencial para tratar la sepsis. Se ha demostrado que la vitamina C es deficiente en pacientes sépticos y la administración de altas dosis intravenosas en comparación con la vitamina C oral conduce a niveles séricos notablemente mejorados y elevados. Su papel fisiológico en la sepsis incluye atenuar el estrés oxidativo y la inflamación, mejorar la síntesis de vasopresores, mejorar la función de las células inmunes, mejorar la función endovascular y las modificaciones inmunológicas epigenéticas. Múltiples ensayos clínicos han demostrado la seguridad de la vitamina C y dos estudios recientes han mostrado datos prometedores sobre la mejora de la mortalidad. Actualmente, se están realizando estudios controlados aleatorios más grandes para validar estos hallazgos. Con estudios adicionales, la vitamina C puede convertirse en un estándar de atención para el tratamiento de la sepsis, pero dado su perfil de seguridad, el tratamiento actual puede justificarse con un uso compasivo.
vitamina C intravenosa
El protocolo intravenoso de vitamina c (ivc) de Riordan para cuidado adjuntivo del cáncer: IVC como quimioterapéutico
La vitamina C (ascorbato, ácido ascórbico) es un importante antioxidante soluble en agua que también aumenta la producción de colágeno extracelular y es importante para funcionamiento apropiado de las células inmunes (Hoffman, 1985; Cameron, et al., 1979). También juega papeles clave en la síntesis de lcarnitina, el metabolismo del colesterol, actividad del citocromo P-450 y neurotransmisor síntesis (Geeraert, 2012). El protocolo de vitamina C intravenosa (IVC) de Riordan implica la lentitud infusión de vitamina C en dosis del orden de 0.1 a 1,0 gramos (g) de ascorbato por kilogramo (kg) de cuerpomasa (Riordan, et al., 2003).
La vitamina C puede ser administrada de forma segura vía intravenosa a dosis máximas de 100g, sí se siguen las precauciones previamente descritas:
• Los picos plasmáticos obtenidos a éstas dosis, pueden alcanzar concentraciones de 20 mM.
• La vitamina C intravenosa (VCI) provee beneficios potenciales en pacientes de cáncer que utilizan el tratamiento como cuidado complementario:
• Debido a que los pacientes de cáncer frecuentemente presentan deficiencia de vitamina C (VC), la terapia con VCI es un medio adecuado que restaura las reservas tisulares.
• La terapia con VCI ha demostrado mejorar la calidad de vida en pacientes de cáncer.
• La terapia con VCI reduce la inflamación (proteína C reactiva) y la producción de citoquinas inflamatorias.
• Dosis elevadas de ascorbato proveen una toxicidad selectiva en células cancerígenas e inhiben angiogénesis.
El siguiente paso en investigación de la terapia con VCI consiste en estudios de fase II. Actualmente existen algunos en curso.
• La VCI puede ser utilizada en distintas condiciones como: artritis reumatoide, infecciones secundarias, enfermedades mentales y ADHD en las que la inflamación desempeña un papel importante.
Cameron y Pauling observaron que el tratamiento con VCI en pacientes con cáncer terminal seguido de una suplementación oral, presentaban tiempos de supervivencia cuatro veces mayor que los no tratados. (Cameron & Pauling, 1976).
Sin embargo, dos ensayos clínicos aleatorios realizados en la Clínica Mayo únicamente con ascorbato oral no mostraron beneficios. (Creagan, et al., 1979; Moertel, et al., 1985). A partir de entonces, la mayoría de investigaciones se han centrado en el tratamiento con ascorbato intravenoso.
Vitamina C intravenosa para la terapia del cáncer: identificación de las brechas actuales en nuestro conocimiento.
El uso de vitamina C intravenosa (IVC) para la terapia contra el cáncer ha sido durante mucho tiempo un área de intensa controversia. A pesar de esto, las altas dosis de IVC han sido administradas durante décadas por profesionales de la salud y médicos complementarios, con poca evidencia que resulta en una práctica clínica inconsistente. En esta revisión, planteamos una serie de preguntas relevantes tanto para los investigadores como para los médicos, y también para los propios pacientes, con el fin de identificar las brechas actuales en nuestro conocimiento. Estas preguntas incluyen: ¿Los pacientes de oncología han comprometido el estado de la vitamina C? ¿Es la vía intravenosa la ruta óptima de administración de vitamina C? ¿Es seguro el IVC? ¿La IVC interfiere con la quimioterapia o la radioterapia? ¿La IVC disminuye los efectos secundarios tóxicos de la quimioterapia y mejora la calidad de vida? ¿Cuáles son los mecanismos de acción relevantes de la VCI? ¿Cuáles son las dosis óptimas, la frecuencia y la duración de la terapia IVC? Los investigadores han hecho grandes avances en los últimos 20 años y han abordado muchos de estos aspectos importantes, como la mejor ruta para la administración, la seguridad, las interacciones con la quimioterapia, la calidad de vida y los posibles mecanismos de acción. Sin embargo, todavía no conocemos las respuestas a una serie de preguntas fundamentales sobre la mejor práctica clínica, como cuánto, con qué frecuencia y durante cuánto tiempo se debe administrar la VCI a los pacientes de oncología. Estas preguntas señalan el camino a seguir tanto para la investigación básica como para futuros ensayos clínicos.