Introducción: El entrenamiento con ejercicios dirigidos podría reducir los factores de riesgo de fracturas y enfermedades relacionadas con la obesidad que aumentan a partir del tratamiento del cáncer de mama, pero no se ha probado lo suficiente. Se planteó la hipótesis de que el entrenamiento progresivo de resistencia + impacto de intensidad moderada aumentaría o mantendría la masa ósea de la cadera y la columna vertebral, la masa magra y la masa grasa y reduciría el recambio óseo en comparación con los controles que participaron en un programa de estiramiento de baja intensidad y sin carga de peso.
Metodología: Se realizó un ensayo aleatorizado y controlado en 106 mujeres con cáncer de mama en estadio temprano que estaban >1 año después de la radiación y/o la quimioterapia, ≥50 años de edad en el momento del diagnóstico y posmenopáusicas, libres de osteoporosis y medicamentos para la pérdida ósea, la resistencia y el ejercicio de impacto sin previo ingreso, y autorizadas a hacer ejercicio por un médico.
Hallazgos: Se redujeron los factores de riesgo de fractura entre las sobrevivientes de cáncer de mama posmenopáusicas (BCS) y puede ser particularmente relevante para BCS en inhibidores de la aromatasa (IA) debido al beneficio adicional del ejercicio sobre la masa muscular que podría reducir las caídas.