Las enfermedades alérgicas consisten en reacciones inflamatorias inapropiadas a antígenos y constituyen actualmente una importante preocupación sanitaria, sobre todo teniendo en cuenta su creciente desarrollo mundial en las últimas décadas. La «marcha atópica» define el paradigma de las enfermedades alérgicas que se producen en orden cronológico y presentan manifestaciones espaciales específicas, ya que suelen comenzar como dermatitis atópica (DA) y alergias alimentarias durante la infancia y evolucionan progresivamente hacia el asma alérgica (AA) y la rinitis alérgica (RA) o la rinoconjuntivitis en la niñez. En estas reacciones de hipersensibilidad intervienen muchos subtipos de células inmunitarias y factores inflamatorios. En particular, el subconjunto de T helpers 2 (Th2), a través de sus firmas de citoquinas compuestas por interleuquinas (IL), como IL-4, IL-5, IL-10 e IL-13, así como los mastocitos y sus vías histamínicas relacionadas, contribuyen en gran medida a la perpetuación y evolución de la marcha atópica. Al proporcionar dosis bajas (LD) y dosis ultrabajas (ULD) de ILs y factores inmunitarios al organismo, la microinmunoterapia (MI) constituye una interesante estrategia terapéutica para el tratamiento de la marcha atópica y sus síntomas. Uno de los objetivos de esta revisión es arrojar luz sobre el concepto actual de la marcha atópica y las reacciones inmunitarias subyacentes que se producen durante las respuestas mediadas por IgE. Además, también se discutirán las diferentes clases de tratamientos tradicionales e innovadores empleados en las enfermedades alérgicas, con especial énfasis en los beneficios potenciales de la formulación del medicamento MI 2LALERG® en este contexto.
inmunidad
Una revisión de los micronutrientes y el sistema inmunitario: trabajando en armonía para reducir el riesgo de infección
El apoyo inmunitario de los micronutrientes se basa históricamente en la deficiencia de vitamina C y la suplementación en el escorbuto en los primeros tiempos. Desde entonces, se ha establecido que el sistema inmunitario complejo e integrado necesita múltiples micronutrientes específicos, incluidas las vitaminas A, D, C, E, B6 y B12, ácido fólico, zinc, hierro, cobre y selenio, que desempeñan funciones vitales, a menudo sinérgicas, en cada etapa de la respuesta inmune. Las cantidades adecuadas son esenciales para garantizar el funcionamiento adecuado de las barreras físicas y las células inmunes; sin embargo, las ingestas diarias de micronutrientes necesarias para apoyar la función inmune pueden ser más altas que las dietas recomendadas actualmente. Ciertas poblaciones tienen una ingesta inadecuada de micronutrientes en la dieta, y las situaciones con mayores requisitos (por ejemplo, infección, estrés y contaminación) disminuyen aún más las reservas dentro del cuerpo. Varios micronutrientes pueden ser deficientes, e incluso una deficiencia marginal puede afectar la inmunidad.
Aunque existen datos contradictorios, la evidencia disponible indica que la suplementación con múltiples micronutrientes con funciones de apoyo inmunitario puede modular la función inmune y reducir el riesgo de infección. Los micronutrientes con la evidencia más fuerte de apoyo inmune son las vitaminas C y D y el zinc.