El folato en suero, el folato de glóbulos rojos, la vitamina C de los glóbulos blancos, el índice de saturación de riboflavina y la vitamina A en suero se determinaron durante el primer trimestre del embarazo en más de 900 casos. Para cada uno de estos había una clase social I + II que mostraba los niveles más altos que diferían significativamente de otras clases, excepto el folato sérico. En 6 madres que dieron a luz a bebés con defectos del tubo neural, el folato sérico del primer trimestre, el folato de glóbulos rojos, la vitamina C de los glóbulos blancos y los valores de riboflavina fueron más bajos que en los controles. A pesar de los pequeños números, las diferencias fueron significativas para el folato de glóbulos rojos (P menor que 0-001) y la vitamina C de glóbulos blancos (P menor que 0-05). Estos hallazgos son compatibles con la hipótesis de que las deficiencias nutricionales son significativas en la causa de defectos congénitos del tubo neural en el hombre.
deficiencia de vitamina A
La vitamina A y el embarazo: una revisión narrativa
La vitamina A es un micronutriente crucial para las mujeres embarazadas y sus fetos. Además de ser esencial para el desarrollo morfológico y funcional y para la integridad ocular, la vitamina A ejerce efectos sistémicos en varios órganos fetales y en el esqueleto fetal. Por lo tanto, los requerimientos de vitamina A durante el embarazo son mayores. La deficiencia de vitamina A (VAD) sigue siendo la principal causa de ceguera prevenible en el mundo. El VAD en mujeres embarazadas es un problema de salud pública en la mayoría de los países en desarrollo. Por el contrario, en algunos países desarrollados, la ingesta excesiva de vitamina A durante el embarazo puede ser una preocupación ya que, en exceso, este micronutriente puede ejercer efectos teratogénicos en los primeros 60 días posteriores a la concepción. No se recomienda la administración de suplementos de vitamina A prenatales de rutina para la prevención de la morbilidad y mortalidad materna e infantil; sin embargo, En las regiones donde el VAD es un problema de salud pública, se recomienda la suplementación con vitamina A para prevenir la ceguera nocturna. Dada la importancia de este tema y la falta de una revisión completa y actualizada sobre la vitamina A y el embarazo, se realizó una revisión exhaustiva de la literatura para identificar datos conflictivos o incompletos sobre el tema, así como las lagunas en los datos existentes.