Se ha realizado un estudio a gran escala del micronutriente selenio para estudiar cómo afecta a las mujeres con trastornos de la tiroides, con la inclusión de que podría incorporarse en futuros tratamientos para trastornos de la tiroides como la enfermedad de Hashimoto.
Un endocrinólogo de la Universidad del Sur de Dinamarca y su equipo de científicos probarán selenio o placebo (píldoras simuladas) en 500 pacientes con tiroides en un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, que se considera el método más completo y preciso para las pruebas científcas. El estudio está programado para durar 12 meses seguido de un período de seguimiento de seis meses.
Sistema inmunitario y estrés oxidativo
Mediante muestras de sangre, los investigadores medirán el efecto de los nutrientes sobre la función inmune y el estrés oxidativo, lo que puede influir en el riesgo de una persona de desarrollar cáncer y enfermedades cardiovasculares en el futuro.
Según el Dr. Bonnema, el metabolismo lento (también conocido como enfermedad de Hashimoto) es una
enfermedad insidiosa que a menudo se pasa por alto. Aproximadamente, entre 5% y el 8% de las mujeres
danesas sufren de este trastorno. Una de cada 10 mujeres se ve afectada por trastornos de la tiroides en
algún momento de su vida, y alrededor del 6% de las mujeres reciben tratamiento médico para el metabolismo lento o también llamado hipotiroidismo.
Es verdad que existe mayor ocupación hacia la detección de las enfermedades cardíacas y el cáncer, por lo
que es probable que los trastornos de la tiroides pasen desapercibidos. Sin embargo, este problema
también puede deberse a que los síntomas a menudo son difíciles de identificar y varían de una persona
a otra. Estos pueden incluir fatiga, dolores musculares y articulares y alternar el peso corporal. Puede ser potencialmente peligroso para la salud padecer un trastorno de la tiroides sin obtener la atención médica adecuada. Tanto la tasa metabólica elevada (hipertiroidismo) como la tasa metabólica baja (hipotiroidismo) pueden conducir a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y ciertas formas de cáncer, que pueden acortar la esperanza de vida.
La glándula produce dos hormonas tiroideas diferentes, triyodotironina (T3) y tiroxina (T4), que controlan
el metabolismo en el cuerpo. La T4 inactiva se convierte en T3 activa, la hormona que es crucial para
controlar la tasa metabólica de nuestras células. El cuerpo necesita selenio para llevar a cabo esta
conversión, pero si una persona padece defiencia de selenio, puede impedir la conversión hormonal.