Informe AEMA 2020, SOER 2020
La importancia del reciente informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente 2020 (1) no solo deriva del fruto de un enorme esfuerzo de datos y conocimientos técnicos sino que, además, resulta en una rica fuente de información para establecer las bases de la necesaria y urgente respuesta de gobiernos, instituciones y ciudadanía ante un reto planetario como nunca antes el ser humano se había encontrado.
El informe recoge cómo desde 1950 la población mundial se ha triplicado, el asentamiento urbano en las ciudades se ha cuadriplicado, la producción económica se ha multiplicado por 12, el uso de fertilizantes y el uso de energía primaria se ha multiplicado por 5. En la parte positiva, la pobreza extrema ha disminuido de forma considerable; sin embargo, de forma paralela, se ha producido un daño generalizado a los ecosistemas. La grave pérdida de biodiversidad nos conduce según los expertos hacia la sexta extinción masiva de biodiversidad en el planeta Tierra.
Las consecuencias de la actividad humana muestran cómo los cambios en el sistema climático mundial observados en los últimos 50 años no tienen precedentes. El estado del medioambiente sigue empeorando y el ser humano asiste atónito al colapso de los ecosistemas, la transformación del Ártico, la regresión de los arrecifes de coral, la deforestación de la Amazonia, … Los expertos afirman que las trayectorias actuales son fundamentalmente insostenibles y se encuentran vinculadas a los actuales sistemas de producción y consumo.
- Impacto del estilo de vida en la salud global
Recientemente, varias organizaciones ecologistas han demandado al gobierno español porque consideran que está incumpliendo sus compromisos para combatir el cambio climático. No es una situación aislada en el mundo, ya que unos cuarenta países, incluyendo EEUU, Canadá, Alemania, Francia, Bélgica, India, etc, se encuentran en la misma situación de denuncia. El informe de la Convención de diversidad biológica de la ONU muestra cómo ninguno de los objetivos globales establecidos para 2020 se ha cumplido.
Un desarrollo sostenible solo puede resultar eficaz si cuenta con el compromiso real de los estamentos políticos, social s e individuales guiados por la innovación, el conocimiento y la sensibilidad hacia la naturaleza, la preservación y el cuidado de cualquier tipo de vida, animal o vegetal, macro- o microscópica. Solo un suficiente nivel de sensibilidad y consciencia pueden guiarnos de manera efectiva en este momento de la historia, probablemente, el más delicado y complejo que el ser humano haya vivido jamás.
Entre los muchos elementos a considerar, el comportamiento humano es uno de los factores más relevantes en la emergencia climática mundial. El 10% más rico del planeta emite el 50% de CO2 mientras que más del 50% de la población emite menos del 10%. Las pautas de consumo y el uso de la energía tienen un impacto sin precedentes. Tenemos la necesidad urgente de un nuevo ser humano, más comprometido y consciente, capaz de empatizar con la naturaleza, los animales y sus semejantes, aunque solo sea por su propio interés.
- Zoonosis del siglo XXI
Un ejemplo del interés por ser más cuidadosos con el ambiente natural y animal procede de las últimas pandemias. En esta que ahora vivimos, la modificación del entorno natural del murciélago, reservorio natural del SARS-Cov 2, provoca estrés en el animal, incremento masivo en la eliminación del virus y el paso a través de animales intermediarios al ser humano donde produce la enfermedad Covid 19.
No es la primera vez. La salud humana se encuentra ligada estrechamente a la de los animales. Otros virus del murciélago han saltado a los humanos recientemente a través de un intermediario animal, como el SARS a través de la civeta de las palmeras, el MERS por los camellos, el ébola por los gorilas y los chimpancés, el Nipah a través de los cerdos, el Hendra por los caballos, el Marburg a través de los monos verdes africanos,… el VIH, la gripe aviar o porcina son virus que, tras unas condiciones estresantes y adversas, han dado el salto final a los humanos.
En la actualidad la probabilidad de que un virus salte de una especie de mamífero a los seres humanos es elevada en diferentes animales y regiones del planeta. Además de los murciélagos, cuyas áreas principales de riesgo son América del Sur y Central, también los primates especialmente en Centroamérica, África y Sudoeste de Asia, junto a diferentes roedores en América del Norte y del Sur y África Central. Hoy día, un 60% de las enfermedades humanas infecciosas son zoonóticas, más del 75% de agentes infecciosos emergentes son de origen animal: de cada 5 nuevas enfermedades humanas que se calcula que aparecen cada año, tres son de origen animal, y el 80% de los agentes patógenos que pueden utilizarse con fines de bioterrorismo son zoonóticos.
La destrucción de la naturaleza y la alteración de los ecosistemas va a acarrear más enfermedades y nuevas pandemias. Ese momento no va a llegar: ya ha llegado. Las pandemias se originan en la degradación ambiental, la crisis climática y sobre todo en la inconsciencia humana que, persiguiendo un espejismo de bienestar y enriquecimiento ficticios, se ve abocada a pagar las consecuencias de su propio desatino. Así ha sido reconocido por el programa “Una salud” 2017 de la OMS (2), y este es también el motivo por el que el Observatorio de Salud y Medicina Integrativa español (OSMI) ha organizado el congreso Una sola salud, un solo bienestar, 2020 (3).
- El factor humano en la salud del planeta
El desarrollo de programas y acciones a nivel individual, comunitario y social para la prevención y lucha contra el cambio climático es inaplazable. A pesar del reconocido impacto del comportamiento humano en estos cambios, hasta la fecha, buena parte de la población sigue sin involucrarse de manera activa en acciones proambientales, ya sea por desconocimiento, por apatía o por impotencia. La ciencia debe poner su parte ante este reto colosal de demanda creciente de alimentos y energía en un planeta con unos recursos limitados y frecuentemente mal utilizados. Junto a los datos técnicos, resulta primordial identificar los procesos que influyen en la visión de la población sobre el cambio climático, con sus implicaciones sociales, políticas y económicas.
El escepticismo climático consiste en un negacionismo que no tiene sentido combatir con más información, cifras y datos. Los psicólogos han estudiado las variables que influyen en el sistema de creencias que utiliza el ser humano sobre el cambio climático. El posicionamiento de la mayoría de las personas no depende tanto de haber sufrido en su propio hogar, su familia o su persona, las consecuencias de la crisis climática o la pandemia de turno, así como tampoco disponer del conocimiento de las evidencias científicas. En cambio, los estudios muestran cómo relevantes en el posicionamiento personal la ideología política, socioeconómica, el funcionamiento de los mercados y, sobre todo, los valores culturales personales.
Por tanto, si se pretende hacer llegar un mensaje de sensibilización por parte de investigadores e instituciones comprometidas para impulsar un cambio a nivel individual y social, de abajo a arriba, es preciso enmarcar el mensaje dentro de los valores y creencias de la persona. Identificar las motivaciones de individuos y grupos pequeños, promover conductas proambientales a nivel local y de efectos visibles y directos como una forma de mejorar y preservar el estilo de vida al que pertenece recurriendo, si es necesario, al orgullo de pertenencia, de cultura o de país.
Cambio climático y nivel de consciencia no son dos, sino, un solo concepto. El crecimiento poblacional ordenado, las pautas de consumo e impacto ambiental sostenibles, el modelo de salud ampliado a la naturaleza y a los animales o la transformación social coherente con una persona comprometida consigo misma y con el entorno solo pueden nacer del convencimiento y la implicación personal, fruto de la coherencia individual, social y política. Lo que ocurra en los próximos años va a determinar el curso de la evolución de una Humanidad en busca de su propio camino evolutivo de desarrollo y de consciencia.
1.- SOER 2020
2.- One Health
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