El Informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente 2020 resulta una fuente de información sólida y fiable para establecer las bases de la necesaria y urgente respuesta de gobiernos, instituciones y ciudadanía de todo el planeta ante un reto planetario como nunca antes el ser humano había enfrentado.
Desde 1950, la población mundial se ha triplicado hasta alcanzar más de 7.500 millones de personas. El asentamiento urbano en las ciudades se ha cuadriplicado, hasta los 4000 millones de personas. La producción económica se ha multiplicado por 12. El uso de fertilizantes y el de energía primaria se ha multiplicado por 5. A través de la inercia actual, nos dirigimos a la presencia de unos 10.000 millones de habitantes humanos sobre el planeta para el año 2050, con la consiguiente duplicación de recursos, demanda de agua, alimentos y energía.
Un daño generalizado a los ecosistemas muestra más de un 75% del medio ambiente terrestre y 40% del medio ambiente marino gravemente alterados en la actualidad. La pérdida de biodiversidad y la presencia nunca antes vista en la historia moderna de una gran cantidad de especies amenazadas nos conducen, según los expertos, hacia la sexta extinción masiva de biodiversidad en el planeta Tierra.
Impacto del estilo de vida en la salud global
Una transición hacia la sostenibilidad ha de incluir y gestionar la interdependencia de los objetivos de salud, sociales, económicos, políticos y medioambientales. Un desarrollo sostenible solo puede resultar eficaz si cuenta con el compromiso de los estamentos político, social e individual, guiados por la innovación, el conocimiento y la sensibilidad hacia la naturaleza, la preservación y el cuidado de cualquier tipo de forma de vida.
Solo un suficiente nivel de consciencia, de solidaridad y de humanidad pueden guiarnos de manera efectiva en este momento de la historia de la Humanidad.
La ciencia y el conocimiento derivado de diferentes disciplinas -economía, ingeniería, sociología, política, psicología, medicina y otras- deberían permitir un enfoque integral que permitiera encarar con garantías los actuales problemas de la deforestación, agricultura y ganadería intensivas, contaminación del aire, del agua y de la tierra, manejo adecuado de sustancias químicas, etc.
Entre los muchos elementos a considerar, el comportamiento humano es uno de los factores más relevantes en la emergencia climática mundial. El 10% más rico del planeta es responsable del 50% de las emisiones de CO2, mientras que más del 50% de la población emite menos del 10%.
Las pautas de consumo y el uso de la energía muestran un impacto no conocido hasta la fecha. El estilo de vida del ser humano está determinando una crisis climática sin precedentes y el curso evolutivo de este planeta. Realmente tenemos la necesidad urgente del nacimiento de un nuevo ser humano que ha de crecer en sabiduría y consciencia si no quiere ser víctima de su propio aguijón tecnológico.
El factor humano en la salud del planeta
La necesidad de un ser humano capaz de empatizar consigo mismo, cuidadoso y protector de su medioambiente, la vida animal en el planeta, sus relaciones humanas y sobre todo consigo mismo es insoslayable. El desarrollo de programas y acciones a nivel individual, comunitario y social para la prevención y lucha contra el cambio climático es inaplazable.
A pesar del reconocido impacto del comportamiento humano en estos cambios, hasta la fecha buena parte de la población sigue sin involucrarse de manera activa en acciones proambientales, ya sea por desconocimiento, por apatía o por impotencia ante unos poderes económicos y unos gobiernos sujetos a intereses particulares.
La ciencia pone su parte ante este reto colosal de demanda creciente de alimentos y energía en un planeta con unos recursos limitados, sobreexplotados y frecuentemente mal utilizados. Los estudios muestran como relevantes en el posicionamiento personal y el tipo de comportamiento la ideología política, socioeconómica, el funcionamiento de los mercados y, sobre todo, los valores culturales personales.
Por tanto, si se pretende hacer llegar un mensaje de sensibilización por parte de investigadores e instituciones comprometidas, más allá del trabajo con entidades oficiales, monopolios, grandes multinacionales y gobiernos es imprescindible impulsar un cambio a nivel individual y social, de abajo a arriba.
Para ello, es necesario enmarcar el mensaje dentro de los valores y creencias de la persona y es preciso, asimismo, identificar las motivaciones de individuos y grupos pequeños, promover conductas proambientales a nivel local, de efectos visibles y directos, como una forma de mejorar y preservar el estilo de vida recurriendo, si es necesario, al orgullo de pertenencia, de cultura o de país, o bien apelando al propio interés personal, la preservación de los recursos naturales, la evitación de catástrofes naturales, el cuidado de la salud y el desarrollo de la economía con impacto a nivel individual y local.
El crecimiento poblacional ordenado, las pautas de consumo e impacto ambiental sostenibles, el modelo de salud ampliado a la naturaleza y a los animales o la transformación social coherente con una persona comprometida consigo misma y con el entorno solo pueden nacer del convencimiento y la implicación personal, fruto de la coherencia individual, social y del curso de la evolución de una Humanidad en busca de su propio camino evolutivo de desarrollo y de consciencia.
Todo esto y mucho más ha contado el Dr. Tomás Álvaro, director del Observatorio de Salud y Medicina Integrativa, a la periodista Ana Tuñas en una entrevista realizada para EFE VERDE y que ya ha llegado a otros medios como COPE, Yahoo Noticias o Miami Ahora.
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