Se va a realizar un nuevo ensayo médico para el que se suministrará Q10 de grado farmacéutico en cápsulas con pacientes afectados por los efectos a largo plazo del COVID-19.
El proyecto científico se basa en observaciones sobre los síntomas, muy diversos y difusos, que parecen afectar a algunos de los que luchan contra los efectos a largo plazo de la COVID-19 varios meses después de contraer la enfermedad. La disparidad de los síntomas es uno de los motivos por los que los científicos del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario de Aarhus (AUH), en Dinamarca, han decidido echar un vistazo más de cerca a las fábricas de energía celular, las llamadas mitocondrias.
Ya se ha iniciado esta investigación en la que se trata de averiguar si los complementos de coenzima
Q10 pueden ayudar contra algunos de los síntomas que padecen los pacientes.
Este es un ensayo cruzado con 120 pacientes que padecen efectos a largo plazo del COVID-19. Todos los
participantes recibirán tanto la preparación activa como el placebo, pero en períodos de tiempo alternos. Ni
los médicos ni los pacientes saben de antemano quién recibirá qué y cuándo.
Como parte de este estudio, los científicos analizarán cómo la Q10 afecta a las mitocondrias en las células y
si un metabolismo energético mejorado puede ayudar a aumentar el suministro de energía a todos los
órganos del cuerpo. Se espera poder mitigar algunos de los efectos a largo plazo, como la fatiga física y mental, que preocupan a estos pacientes.