El apoyo inmunitario de los micronutrientes se basa históricamente en la deficiencia de vitamina C y la suplementación en el escorbuto en los primeros tiempos. Desde entonces, se ha establecido que el sistema inmunitario complejo e integrado necesita múltiples micronutrientes específicos, incluidas las vitaminas A, D, C, E, B6 y B12, ácido fólico, zinc, hierro, cobre y selenio, que desempeñan funciones vitales, a menudo sinérgicas, en cada etapa de la respuesta inmune. Las cantidades adecuadas son esenciales para garantizar el funcionamiento adecuado de las barreras físicas y las células inmunes; sin embargo, las ingestas diarias de micronutrientes necesarias para apoyar la función inmune pueden ser más altas que las dietas recomendadas actualmente. Ciertas poblaciones tienen una ingesta inadecuada de micronutrientes en la dieta, y las situaciones con mayores requisitos (por ejemplo, infección, estrés y contaminación) disminuyen aún más las reservas dentro del cuerpo. Varios micronutrientes pueden ser deficientes, e incluso una deficiencia marginal puede afectar la inmunidad.
Aunque existen datos contradictorios, la evidencia disponible indica que la suplementación con múltiples micronutrientes con funciones de apoyo inmunitario puede modular la función inmune y reducir el riesgo de infección. Los micronutrientes con la evidencia más fuerte de apoyo inmune son las vitaminas C y D y el zinc.