Las formas graves de COVID-19 pueden evolucionar a neumonía, caracterizada por insuficiencia respiratoria aguda debido a lesión pulmonar aguda (ALI) y síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). En las enfermedades virales, la replicación de los virus aparentemente se ve estimulada por un desequilibrio entre la actividad pro-oxidante y antioxidante, así como por la privación de los mecanismos antioxidantes. En la neumonía por COVID-19, el estrés oxidativo también parece ser muy perjudicial para los tejidos pulmonares. Aunque se ha demostrado que la inhalación de gas ozono (O3) es tóxica para los pulmones, la evidencia reciente sugiere que su administración por vías apropiadas y en pequeñas dosis puede inducir paradójicamente una reacción adaptativa capaz de disminuir el estrés oxidativo endógeno. Se recomienda la ozonoterapia para contrarrestar los efectos disruptivos del COVID-19 grave en los tejidos pulmonares.