Al Qi gong se le ha adjudicado la regulación funcional del organismo. Esta práctica fue utilizada en 40 pacientes con enfermedad articular degenerativa (EAD) en la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación (UMFR) Zona Sur del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en la ciudad de México en 2008. Se realizó un ensayo clínico basado en una comparación intragrupo antes y después de la intervención del ejercicio. Se estudiaron los efectos sobre dolor, presión arterial, movimientos articulares, y actividades de la vida diaria con cuatro instrumentos: “Escala dolor de la UMFR ISSSTE”, “Numerical Rating Scale” (NRS), “Escala de Medida de Impacto Artrítico” (AIMS) y “Cuestionario HAQDI modificado de la Universidad de Stanford para Artritis adaptado para pacientes de habla hispana”. Después de 10 sesiones el dolor moderado a intenso disminuyó en el 25% de los casos y con ello los movimientos y actividades de la vida diaria se incrementaron. La presión arterial sistólica aumentó un promedio de 5.95 mm Hg. mientras que la diastólica no mostró cambios o tendió a disminuir. Ninguno de los resultados fueron estadísticamente significativos.
Enlace al estudio > http://www.medigraphic.com/pdfs/vertientes/vre-2013/vre131d.pdf