Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son una de las principales causas de mortalidad y discapacidad en los países occidentales. Se sabe que la prevención es la piedra angular para disminuir la incidencia de ECV y también para reducir la carga económica tanto para el ciudadano como para el sistema de salud. La «medicina intervencionista» sin duda coloca la modificación del estilo de vida como el primer paso terapéutico, incluida una dieta saludable y actividad física. En segundo lugar, un gran cuerpo de investigación individualizó una serie de bioactivos de alimentos y plantas, que son potencialmente eficaces para prevenir y reducir algunos factores de riesgo CV altamente prevalentes, como la hipercolesterolemia, la hipertensión, la inflamación vascular y el cumplimiento vascular. Se estudiaron algunos bioactivos que reducen la presión arterial y los lípidos por su impacto en la salud vascular humana. Particularmente en lo que respecta a la función endotelial y la rigidez arterial. Varios nutracéuticos mostraron propiedades aditivas o sinérgicas en combinación, algunas veces (pero no siempre) permitiendo una reducción de la dosis administrada de extractos y determinando un efecto final «multifactorial» en muchos factores de riesgo cardiovascular.
Los futuros estudios de investigación clínica deberán centrarse más en la modificación a medio plazo de los marcadores instrumentales del envejecimiento vascular que en los efectos a corto plazo en los marcadores indirectos de riesgo de laboratorio.