La capacidad de alterar las respuestas emocionales es fundamental para el bienestar general y para satisfacer de manera efectiva las demandas de la vida. Uno de los principales síntomas de eventos como el trauma, que sobrepasa nuestras capacidades para manejarlos y adaptarse a ellos con éxito, es un cambio en nuestra referencia interna de referencia de modo que se produce una activación repetitiva del evento traumático.
En este artículo se discute la perspectiva de que la capacidad de autorregular la calidad del sentimiento y la emoción de la experiencia del momento a momento está íntimamente ligada a nuestra fisiología y las interacciones recíprocas entre los sistemas fisiológicos, cognitivos y emocionales.