La tiamina tiene un impacto favorable en una serie de sistemas, incluidos los sistemas digestivo, cardiovascular y nervioso además de estimular el cerebro y mejorar el estado psicoemocional. El artículo adjunto presenta el estado actual del conocimiento sobre los efectos de la tiamina ejercidos en una serie de enfermedades como la enfermedad de Parkinson, enfermedad de Alzheimer, la encefalopatía de Wernicke o el síndrome de Wernicke- Korsakoff y la enfermedad de Huntington.
Se demostró que el apoyo de la terapia con vitamina B1 no solo constituye una neuroprotección sino que, también, puede tener un impacto favorable en las enfermedades neurodegenerativas avanzadas.