Cada vez más aumenta la evidencia que confirma el incremento de la inflamación en un subconjunto de adultos con depresión. El impacto de esta relación se ha considerado principalmente en intervenciones de base biológica; sin embargo, también tiene implicaciones potenciales para las terapias psicológicas. La terapia cognitiva conductual es la intervención psicológica más llevada a cabo en el tratamiento de la depresión.
A pesar de esto, tanto su eficacia como su efecto pueden estar influenciados por los procesos fisiológicos asociados con la depresión. Por ello, el objetivo de la investigación que se adjunta es examinar la vinculación entre la terapia de comportamiento cognitivo y la inflamación. Se examinaron los estudios que trataban los efectos antiinflamatorios de la terapia cognitiva conductual en personas con depresión y otras afecciones médicas como cáncer, diabetes y enfermedades cardíacas. También se revisó la relación entre el cambio en los marcadores inflamatorios y en los síntomas depresivos tras la terapia cognitiva conductual y la influencia de la inflamación previa al tratamiento en la respuesta terapéutica.
La solidez de los hallazgos varió significativamente ya que algunos estudios no fueron aleatorios, cegados o no compararon los cambios inflamatorios con un grupo de control o placebo. De hecho, tres de los cuatro estudios realizados en poblaciones solo deprimidas utilizaron diseños de etiqueta abierta. La duración de la TCC también varió de 6 semanas a 12 meses y, a menudo, el uso de medicamentos fue un factor de confusión potencial.