Los autores destacan la preocupación derivada de la detección del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) en muestras de heces y las implicaciones de seguridad para las políticas de detección de donantes de FMT. Sin embargo, se cree firmemente que el enfoque adoptado por los autores al excluir a los donantes sobre la base de haber desarrollado síntomas de COVID-19, haber tenido contacto con pacientes con enfermedad confirmada de COVID-19 o haber viajado recientemente a regiones afectadas por COVID-19 es insuficiente y potencialmente inseguro. El mundo se encuentra actualmente en medio de una pandemia mundial, exacerbada por una gran carga de casos asintomáticos o leves. La exclusión de los criterios propuestos de enfermedad clínica, o la exposición de viaje a países percibidos de alto riesgo, o ambos, ya no pueden considerarse suficientes. Este punto es particularmente importante, porque las ciudades y países donde se basan los bancos de heces de donantes de FMT ahora tienen brotes comunitarios y en algunas áreas están registrando tantos pacientes, si no más, con COVID-19 que las tasas reportadas anteriormente de países de categoría de alto riesgo. Además, los autores no han tenido en cuenta el gran grupo de portadores asintomáticos que podrían eliminar el virus en las heces por un período de tiempo indefinido, y que durante este período no deberían ser elegibles como donantes. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos ha emitido dos alertas de seguridad sobre eventos adversos graves que probablemente resultaron de la transmisión de organismos patógenos a través de un FMT. La alerta del 12 de marzo de 2020 fue el resultado de Escherichia coli enteropatógena potencialmente detectable y E. coli productora de toxina Shiga. En la situación actual, las políticas de detección para los donantes de FMT deben seguir siendo estrictas, seguras, efectivas y científicamente justificadas siempre que sea posible. Los receptores de FMT a nivel mundial son a menudo pacientes mayores (> 65 años), con múltiples comorbilidades o inmunodeprimidos con infecciones por Clostridioides difficile . Por lo tanto, minimizar el potencial de transmisión de patógenos a través de FMT depende de los proveedores de FMT y de los procedimientos de detección sólidos.