El tratamiento de pacientes que sufren una lesión medular completa sigue siendo un problema clínico sin resolver debido a la falta de regeneración espontánea de los axones centrales lesionados. Un hombre de 38 años sufrió una transección traumática de la médula espinal torácica en el nivel vertebral superior Th9. A los 21 meses después de la lesión, el paciente presentaba síntomas de una lesión medular clínicamente completa (Asociación Americana de Lesiones Espinales, clase A-ASIA A). Se extrajo uno de los bulbos olfativos del paciente y se usó para derivar un cultivo que contenía células de vaina olfativas y fibroblastos nerviosos olfativos. Después de la resección de la cicatriz glial, las células cultivadas se trasplantaron en los muñones de la médula espinal por encima y por debajo de la lesión y el espacio de 8 mm puenteado por cuatro tiras de nervio sural autólogo. El paciente se sometió a un intenso programa de neurorehabilitación pre y posoperatoria. No se observaron efectos adversos a los 19 meses después de la operación, e inesperadamente, la extracción del bulbo olfativo no condujo a una anosmia unilateral persistente. El paciente mejoró de ASIA A a ASIA C. Hubo una mejor estabilidad del tronco, recuperación parcial de los movimientos voluntarios de las extremidades inferiores y un aumento de la masa muscular en el muslo izquierdo, así como una recuperación parcial de la sensación superficial y profunda. También hubo alguna indicación de una mejor sensación visceral y una mejor autorregulación vascular en la extremidad inferior izquierda. El patrón de recuperación sugiere la regeneración funcional de fibras de larga distancia eferentes y aferentes. Las imágenes confirmaron que los injertos habían puenteado el lado izquierdo de la médula espinal, donde se implantaron la mayoría de los injertos nerviosos, y los exámenes neurofisiológicos confirmaron la restitución de la integridad de los tractos corticoespinales y el carácter voluntario de las contracciones musculares registradas. Hasta donde sabemos, esta es la primera indicación clínica de los efectos beneficiosos de las células bulbares autólogas trasplantadas.