El número de hongos en la Tierra se estima en 140,000, aunque tal vez solo se conoce el 10% (aproximadamente 14,000 especies nombradas). Las setas constituyen una fuente vasta y sin explotar de nuevos productos farmacéuticos potentes. En particular, y lo más importante para la medicina moderna, representan una fuente ilimitada de polisacáridos con propiedades antitumorales e inmunoestimulantes. Muchos, si no todos, los hongos basidiomicetos contienen polisacáridos biológicamente activos en cuerpos frutales, micelio cultivado, caldo de cultivo. Los datos sobre los polisacáridos de hongos se han recopilado de 651 especies y 7 taxones infraespecíficos de 182 géneros de Hetero- y Homobasidiomycetes superiores. Estos polisacáridos tienen una composición química diferente, y la mayoría pertenece al grupo de los beta-glucanos; estos tienen beta- (1 -> 3) enlaces en la cadena principal del glucano y puntos de ramificación beta (1 -> 6) adicionales que se necesitan para su acción antitumoral. Los glucanos de alto peso molecular parecen ser más efectivos que los de bajo peso molecular. La modificación química a menudo se lleva a cabo para mejorar la actividad antitumoral de los polisacáridos y sus cualidades clínicas (principalmente solubilidad en agua). Los principales procedimientos utilizados para la mejora química son: la degradación de Smith (oxido-reducto a hidrólisis), la formolisis y la carboximetilación. La mayor parte de la evidencia clínica de la actividad antitumoral proviene de los polisacáridos comerciales lentinan, PSK (krestina) y esquizofillan, pero los polisacáridos de algunas otras especies de hongos medicinales prometedoras también muestran buenos resultados. Su actividad es especialmente beneficiosa en clínicas cuando se usa junto con quimioterapia. Los polisacáridos de hongos previenen la oncogénesis, muestran actividad antitumoral directa contra diversos tumores alogénicos y singénicos, y previenen la metástasis tumoral. Los polisacáridos de los hongos no atacan directamente a las células cancerosas, pero producen sus efectos antitumorales activando diferentes respuestas inmunitarias en el huésped. La acción antitumoral de los polisacáridos requiere un componente de células T intacto; Su actividad está mediada a través de un mecanismo inmunitario dependiente del timo. La aplicación práctica depende no solo de las propiedades biológicas, sino también de la disponibilidad biotecnológica.
PubMed Abstract> https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12436306