ANTECEDENTES
Los enfoques de salud integradores y complementarios (ICHA) a menudo son perseguidos por pacientes que enfrentan enfermedades crónicas. La mayoría de los estudios que investigaron los factores asociados con el consumo de ICHA han considerado que la propensión a usar ICHA es una característica estable o fija de un individuo. Sin embargo, las personas pueden preferir usar ICHA en algunas situaciones y no en otras, dependiendo de las características de la enfermedad a enfrentar. Además, la actitud hacia ICHA puede diferir dentro de un solo individuo y entre individuos, de modo que ICHA puede usarse además de (es decir, actitud complementaria) o en lugar de (es decir, actitud alternativa). El presente estudio tuvo como objetivo examinar distintos patrones de actitudes hacia ICHA en personas que hipotéticamente enfrentan enfermedades crónicas que diferían según la gravedad y la expresión clínica.
MÉTODOS
Realizamos un estudio basado en la web que incluyó a 1807 participantes a quienes se les pidió que imaginaran que tenían una enfermedad crónica particular basada en viñetas clínicas (enfermedades mentales: depresión, esquizofrenia; enfermedades somáticas: artritis reumatoide, esclerosis múltiple). Se invitó a los participantes a calificar su angustia percibida y el estigma social asociado con cada enfermedad, así como su tratabilidad percibida. También calificaron su creencia en la efectividad del tratamiento y su preferencia de tratamiento. Se determinaron cuatro patrones de elección de tratamiento: estrictamente convencional, complementario débil o fuerte, y alternativo. Se utilizaron métodos bayesianos para los análisis estadísticos.
RESULTADOS
ICHA fue seleccionada como opción de tratamiento complementario por más del 95% de las personas que hipotéticamente enfrentaron enfermedades crónicas. La actitud complementaria hacia ICHA (además del tratamiento convencional) fue más frecuente que la alternativa (en lugar del tratamiento convencional). Los factores que impulsaron esta preferencia incluyeron el estado laboral, la gravedad de la enfermedad, la edad y la angustia percibida, el estigma social y la tratabilidad de la enfermedad. Cuando se incluyó la etiqueta de enfermedades en las viñetas, se alteraron los patrones de preferencia de tratamiento.
CONCLUSIONES
Este estudio proporciona evidencia de que el «pluralismo médico» (es decir, la integración de ICHA con el tratamiento convencional) es probablemente la norma para las personas que enfrentan enfermedades mentales o somáticas. Sin embargo, nuestro resultado debe interpretarse con precaución debido a la naturaleza virtual de este estudio. Sugerimos que tener en cuenta las actitudes hacia ICHA es crucial para una mejor comprensión de la motivación de los pacientes para usar ICHA.