La industria de los semiconductores ha visto una notable tendencia a la miniaturización, impulsada por muchas innovaciones científicas y tecnológicas. Pero para que esta tendencia continúe y proporcione computadoras cada vez más rápidas y baratas, el tamaño de los componentes del circuito microelectrónico pronto necesitará alcanzar la escala de átomos o moléculas, un objetivo que requerirá estructuras de dispositivos conceptualmente nuevas. La idea de que unas pocas moléculas, o incluso una sola molécula, podrían integrarse entre los electrodos y realizar las funciones básicas de la electrónica digital (rectificación, amplificación y almacenamiento) se presentó por primera vez a mediados de la década de 1970. El concepto ahora se realiza para componentes individuales, pero la fabricación económica de circuitos completos a nivel molecular sigue siendo un desafío debido a la dificultad de conectar moléculas entre sí.