La mayoría de los estudios sobre el té se han basado en medidas neuropsicológicas, y mucho menos en medidas de neuroimagen, especialmente para las conexiones interregionales. Hasta la fecha, no se ha explorado el efecto del té en las redes cerebrales a nivel de sistema. Reclutamos participantes mayores sanos en dos grupos de acuerdo con su historial de frecuencia de consumo de té e investigamos las redes funcionales y estructurales para revelar el papel del consumo de té en la organización del cerebro. Los resultados mostraron que beber té dio lugar a una organización estructural más eficiente, pero no tuvo un efecto beneficioso significativo en la organización funcional global. La supresión de la asimetría hemisférica en la red de conectividad estructural se observó como resultado del consumo de té. No observamos ningún efecto significativo del consumo de té en la asimetría hemisférica de la red de conectividad funcional. Además, la fuerza de conectividad funcional dentro de la red en modo predeterminado (DMN) fue mayor para el grupo que tomaba té, y se observó la coexistencia de fuerzas de conexión crecientes y decrecientes en la conectividad estructural de la DMN. Nuestro estudio ofrece la primera evidencia de la contribución positiva del consumo de té a la estructura cerebral y sugiere un efecto protector sobre la disminución de la organización cerebral relacionada con la edad.
función cerebral
Los efectos de las dietas basadas en plantas en el cuerpo y el cerebro: una revisión sistemática
Las sociedades occidentales notan un creciente interés en los patrones de alimentación basados en plantas como el vegetariano y el vegano, pero los posibles efectos sobre el cuerpo y el cerebro son tema de debate. Por lo tanto, revisamos sistemáticamente los estudios de intervención humanos existentes sobre los supuestos efectos de una dieta basada en plantas sobre el metabolismo y la cognición, y lo que se sabe sobre los mecanismos subyacentes. El uso de los términos de búsqueda «a base de plantas O vegano O vegetariano Y dieta E intervención» en PubMed filtrado para ensayos clínicos en humanos recuperó 205 estudios de los cuales 27, más una búsqueda adicional que extendió la selección a otros cinco estudios, fueron elegibles para inclusión basada en tres clasificaciones independientes. Se encontraron pruebas sólidas de los efectos beneficiosos a corto y moderado plazo de las dietas basadas en plantas versus las dietas convencionales (duración ≤ 24 meses) sobre el estado de peso, metabolismo energético e inflamación sistémica en participantes sanos, obesos y pacientes con diabetes tipo 2. Los estudios experimentales iniciales propusieron nuevas vías relacionadas con el microbioma, mediante las cuales las dietas basadas en plantas modulan el microbioma intestinal hacia una diversidad favorable de especies de bacterias, sin embargo, una señalización funcional «de abajo hacia arriba» de los cambios microbianos inducidos por la dieta basada en plantas sigue siendo altamente especulativa. Además, se sabe poco sobre la base de estudios de intervención sobre los efectos cognitivos relacionados con las dietas basadas en plantas. Por lo tanto, aún no se ha demostrado un impacto causal de las dietas basadas en plantas en las funciones cognitivas, la salud mental y neurológica y los mecanismos subyacentes respectivos. En resumen, el creciente interés por las dietas basadas en plantas plantea la oportunidad de desarrollar nuevas estrategias preventivas y terapéuticas contra la obesidad, trastornos alimenticios y comorbilidades relacionadas. Aún así, los supuestos efectos de las dietas basadas en plantas sobre la salud del cerebro y las funciones cognitivas, así como los mecanismos subyacentes, permanecen en gran parte sin explorar y los nuevos estudios necesitan abordar estas preguntas.
Efectos de DHA en el desarrollo y la función del cerebro
El ácido docosahexaenoico (DHA) es un componente estructural de las membranas específicamente en el sistema nervioso central. Su acumulación en el cerebro fetal tiene lugar principalmente durante el último trimestre del embarazo y continúa a tasas muy altas hasta el final del segundo año de vida. Dado que la formación endógena de DHA parece ser relativamente baja, la ingesta de DHA puede contribuir a las condiciones óptimas para el desarrollo del cerebro. Realizamos una revisión narrativa sobre la investigación sobre las asociaciones entre los niveles de DHA y el desarrollo y la función del cerebro a lo largo de la vida. Los datos de estudios en células y animales justifican la indicación de DHA en relación con la función cerebral para el crecimiento y la diferenciación de las células neuronales, así como en relación con la señalización neuronal. La mayoría de los datos de estudios en humanos se refieren a la contribución de DHA al desarrollo óptimo de la agudeza visual. Los datos acumulados indican que el DHA puede tener efectos en el cerebro en la infancia, y estudios recientes indican que el efecto del DHA puede depender del género y el genotipo de los genes involucrados en la síntesis endógena de DHA. Si bien los niveles de DHA pueden afectar el desarrollo temprano, los efectos potenciales también se reconocen cada vez más durante la vida infantil y adulta, lo que sugiere un papel del DHA en el deterioro cognitivo y en relación con los trastornos psiquiátricos mayores.
Microbiota intestinal interactúa con la microestructura y la función cerebral
La evidencia de animales sugiere que la microbiota intestinal afecta la estructura y función del cerebro, pero la evidencia en humanos es escasa. Este estudio buscó evaluar las posibles interacciones entre la composición de la microbiota intestinal, la microestructura cerebral y las pruebas cognitivas en sujetos obesos y no obesos.
Enlace al estudio > https://academic.oup.com/jcem/article/100/12/4505/2536338?searchresult=1