Los brotes recientes del virus del Nilo Occidental, la fiebre hemorrágica del Ébola, el SARS, la viruela del mono, la enfermedad de las vacas locas y la gripe aviar nos recuerdan que la salud humana y animal están íntimamente conectadas. Una comprensión más amplia de la salud y la enfermedad exige una unidad de enfoque alcanzable solo a través de una consiliencia de la salud humana, de los animales domésticos y de la vida silvestre: Una salud. Fenómenos como la pérdida de especies, la degradación del hábitat, la contaminación, las especies exóticas invasoras y el cambio climático global están alterando fundamentalmente la vida en nuestro planeta desde la naturaleza terrestre y las profundidades oceánicas hasta las ciudades más densamente pobladas, etc.
1. Reconocer el vínculo esencial entre la salud humana, de los animales domésticos y de la vida silvestre y la amenaza que la enfermedad representa para las personas, sus suministros de alimentos y sus economías.
2. Reconocer que las decisiones relativas al uso de la tierra y el agua tienen implicaciones reales para la
salud.
3. Incluir la ciencia de la salud de la vida silvestre como un componente esencial de la prevención, vigilancia, monitoreo, control y mitigación de enfermedades
globales.
4. Reconocer que los programas de salud humana pueden contribuir en gran medida a los esfuerzos de conservación.
5. Diseñar enfoques adaptativos, holísticos y con visión de futuro para la prevención, vigilancia, monitoreo, control y mitigación de enfermedades emergentes.
6. Buscar oportunidades para integrar plenamente las perspectivas de conservación de la biodiversidad y las necesidades humanas.
7. Reducir la demanda y regular mejor el comercio internacional de vida silvestre viva y carne de animales silvestres no solo para proteger las poblaciones de vida silvestre, sino también para disminuir los riesgos de movimiento de enfermedades, transmisión entre especies y el desarrollo de nuevas relaciones patógeno-huésped. Los costos de este comercio mundial en términos de impactos en la salud pública, la agricultura y la conservación son enormes, y la comunidad mundial debe abordar este comercio como la verdadera amenaza que es para la seguridad socioeconómica mundial.
8. Restringir el sacrificio masivo de especies de vida silvestre en libertad para el control de enfermedades.
9. Aumentar la inversión en la infraestructura mundial de salud humana y animal.
10. Formar relaciones de colaboración entre los gobiernos, la población local y los sectores público y privado (es decir, sin fines de lucro) para enfrentar los desafíos de la salud global y la conservación de la biodiversidad.
11. Proporcionar recursos y apoyo adecuados a las redes mundiales de vigilancia de la salud de la vida silvestre.
12. Invertir en educar y sensibilizar a la población mundial e influir en el proceso de formulación de políticas para aumentar el reconocimiento de que debemos comprender mejor las relaciones entre la salud y la integridad de los ecosistemas.
Inscripción a la II ED. de nuestro congreso Una sola salud, un solo bienestar