El tracto intestinal intestinal alberga una microbiota compleja. Las alteraciones en la composición de la microbiota se han asociado con varias disfunciones inmunes, como las enfermedades inflamatorias. Se ha demostrado que cepas específicas de probióticos influyen beneficiosamente en la composición y / o actividad metabólica de la microbiota endógena. Aprovechando la plasticidad del sistema inmune, la cepa probiótica NCC2461 (es decir, ST11 o CNCM I-2116) apoya y / o restaura la homeostasis en reacción a diferentes condiciones fisiopatológicas. El potencial de NCC2461 para modular las funciones inmunes sistémicas y de la mucosa nos llevó a probar su impacto en la fisiología de la piel. Aunque todavía faltan mecanismos claros que expliquen la interacción intestino-piel, un conjunto de datos experimentales y clínicos revisados en este documento ha demostrado que NCC2461 ejerce sus efectos más allá del intestino y confiere beneficios a nivel de la piel. Contribuye al refuerzo de la función de barrera de la piel, disminuye la sensibilidad de la piel y modula el sistema inmunitario de la piel, lo que lleva a la preservación de la homeostasis de la piel.