Dolor
El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo falla en nuestro cuerpo. La sensación es desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia.
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor lo define como: “Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial o descrito en términos de tal daño.”
Información general
El dolor es una señal del sistema nervioso de que algo falla en nuestro cuerpo. La sensación es desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia.
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor lo define como: “Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial o descrito en términos de tal daño.”
El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o ser constante. Puede sentir dolor en algún lugar del cuerpo, como la espalda, el abdomen, el pecho o la pelvis. O puede sentir dolor generalizado.
El dolor puede ayudar a diagnosticar un problema. Sin dolor, usted podría lastimarse gravemente sin saberlo o no darse cuenta de que tiene un problema médico que requiere tratamiento.
Fuente: Natural Medicines Comprehensive Database Consumer Version [Internet]. Stockton (CA): Therapeutic Research Faculty; ©1995 – manejo del estrés; [actualizado dic 26 2017; consulta 04 abr. 2018]; [aprox 4 p.] Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/pain.html [acceso: 19/04/2018]
Se pueden distinguir, según su duración, entre dos tipos básicos de dolor, agudo y crónico, porque tienen grandes diferencias.
- El dolor agudo, mayormente es consecuencia de una enfermedad, inflamación, o lesión tisular. Este tipo de dolor generalmente aparece abruptamente, por ejemplo, luego de un trauma o una operación, y muchos pueden acompañarse por ansiedad o angustia emocional. La causa del dolor agudo generalmente puede diagnosticarse y tratarse, siendo el dolor autolimitante, o sea que está confinado a un período de tiempo y gravedad dado. En algunas instancias raras, puede convertirse en crónico.
- El dolor crónico se considera ampliamente como el representante mismo de la enfermedad. Puede empeorar mucho debido a factores ambientales y psicológicos. El dolor crónico persiste durante un período de tiempo más largo que el dolor agudo y resiste la mayoría de los tratamientos médicos. Puede causar problemas graves para los pacientes, y a menudo lo hace.
Por otro lado, el dolor se puede distinguir en función de la patogénesis:
- Dolor Nociceptivo: El dolor nociceptivo en su forma aguda tiene una importante función biológica (o evolutiva), ya que advierte al organismo de un daño inminente y le informa de un daño o lesión en un tejido. Dependiendo del lugar de origen, se distingue entre dolor somático y dolor visceral.
- El dolor somático se subdivide en dolor superficial (dolor cutáneo) en las membranas de la piel o mucosas (por ejemplo, heridas menores, quemaduras de primer grado) o dolor profundo en músculos, huesos, articulaciones, ligamentos, tendones, vasos sanguíneos, fascias (por ejemplo, esguinces, roturas de huesos, dolor miofascial). El dolor somático profundo tiende a ser un dolor sordo, mientras que el dolor superficial es inicialmente agudo y posteriormente se convierte en sordo.
- El dolor visceral se origina en las vísceras u órganos del organismo. Por ejemplo, el dolor abdominal o el dolor torácico. Se caracteriza por ser un dolor sordo difícil de localizar y que frecuentemente está acompañado por reacciones del sistema nervioso autónomo. El dolor visceral puede radiar hasta las correspondientes zonas de la piel («dolor referido»).
- Dolor neuropático: Es el dolor iniciado o causado por una lesión o disfunción primaria en el sistema nervioso. Parece que no tiene una función útil y es un trastorno anormal. Frecuentemente es difícil de diagnosticar y de tratar. Algunos de los tipos más desconcertantes de dolor crónico, como la neuropatía diabética, el dolor en el miembro fantasma y la neuralgia post-herpética, son de origen neuropático.
- Dolor Psicogénico: Está causado por los procesos mentales de la persona que lo sufre y no por causas fisiológicas inmediatas. El dolor puramente psicogénico es raro, y su incidencia está frecuentemente sobreestimada.
El dolor también puede ser clasificado según su localización:
Dolor de espalda
Dolor reumatológico
Dolor traumatológico
Dolor oncológico
Dolor neuropático
Dolor ginecológico
Dolor abdominal
Dolor postoperatorio
Cefaleas y migrañas
Fuente:
National Institute of Neurological Disorders and Stroke [internet] Dolor: esperanza en la investigación. Disponible en https://espanol.ninds.nih.gov/trastornos/dolor.htm [acceso 19/04/2018]
Dolor.com [internet] Todo sobre el dolor. Disponible en https://www.dolor.com/ [acceso 20/04/2018]
Cientos de síndromes o trastornos dolorosos conforman el espectro del dolor. Existen los más benignos, que son sensaciones fugaces de dolor, como el pinchazo de un alfiler. También, el dolor del alumbramiento, el dolor de un ataque cardíaco, y el dolor que a veces sigue a la amputación de un miembro, o el dolor que acompaña al cáncer y el que sigue al trauma grave, como el asociado con lesiones craneanas y de la columna vertebral.
Podemos experimentar el dolor como un pinchazo, hormigueo, punzada o quemazón . Los receptores sobre la piel desencadenan una serie de eventos, comenzando con un impulso eléctrico que viaja desde la piel hasta la médula espinal. La médula espinal actúa como un centro de transmisión donde la señal de dolor puede ser bloqueada, aumentada o modificada antes de trasmitirse al cerebro. Un área de la médula espinal en particular, llamada asta dorsal es importante en la recepción de señales de dolor.
El destino más común en el cerebro para señales dolorosas es el tálamo y de allí a la corteza, la sede general de los pensamientos complejos. El tálamo también sirve como el área de almacenamiento del cerebro para imágenes del cuerpo y juega un papel clave en la transmisión de mensajes entre el cerebro y varias partes del cuerpo. En las personas que se someten a una amputación, la representación del miembro amputado se almacena en el tálamo.
El dolor es un proceso complicado que implica una interacción intrincada entre un número de sustancias químicas importantes que se encuentran naturalmente en el cerebro y la médula espinal. En general, estas sustancias, llamadas neurotransmisores, transmiten impulsos nerviosos de una célula a otra.
Hay muchos neurotransmisores diferentes en el cuerpo humano; algunos juegan un papel en la enfermedad humana y, en el caso del dolor, actúan en diferentes combinaciones para producir sensaciones dolorosas en el cuerpo. Algunas sustancias químicas gobiernan las sensaciones leves de dolor; otras controlan el dolor intenso.
A continuación, se enumera una lista de algunos de los síndromes de dolor comunes:
- Aracnoiditis
- Artritis
- Dolor de espalda
- Dolor por quemaduras
- Síndrome de dolor central
- Dolor del cáncer (oncológico)
- Dolores de cabeza (migrañas o cefaleas)
- Dolor muscular
- Dolor neuropático
- Ciática
- Dolor quirúrgico
- Trauma
- Lesión vascular
Fuente:
National Institute of neurological Disorders and Stroke (2016). Dolor: Esperanza en la investigación. Disponible en: https://espanol.ninds.nih.gov/trastornos/dolor.htm#organizations [Acceso: 24/09/2019]
El dolor no siempre es curable, pero hay muchas formas de tratarlo. El tratamiento depende de la causa y el tipo de dolor.
La meta del manejo del dolor es mejorar la función, permitiendo que los individuos participen en sus actividades diarias.
Los pacientes y sus médicos tienen un número de opciones para el tratamiento del dolor; algunos más eficaces que otros. Cualquiera sea el régimen de tratamiento, es importante recordar que el dolor es tratable.
Los siguientes tratamientos están entre los más comunes.
- Analgésicos
- Anticonvulsivos
- Antidepresivos
- Medicamentos antimigrañosos
- Estimulación eléctrica
- Narcóticos
- Placebos
Fuente: National Institute of Neurological Disorders and Stroke [internet] Dolor: esperanza en la investigación. Disponible en https://espanol.ninds.nih.gov/trastornos/dolor.htm [acceso 19/04/2018]
Existen estudios sobre terapias complementarias que pueden ayudar a tratar o prevenir los diferentes tipos de dolor. Estas terapias son llamadas «técnicas para el manejo del dolor». Algunas de estas técnicas son las siguientes:
Yoga. Según estudios realizados, la práctica de yoga ayuda a las personas con dolor lumbar a tener menos discapacidad, dolor y depresión después de los 6 meses.
Tai Chi y Qi Gong. Existe cierta evidencia de que practicar tai chi puede ayudar a las personas a manejar el dolor asociado con la osteoartritis de rodilla, y dolor de espalda.
El Qi gong puede ofrecer algún beneficio para el dolor crónico de cuello, pero los resultados son mixtos.
Técnicas de relajación. Un estudio sobre pacientes hospitalizados con cáncer mostró que aquellos que recibieron terapias de medicina integrativa, como imágenes guiadas y entrenamiento de respuesta a la relajación, durante su hospitalización tuvieron reducciones en el dolor y la ansiedad.
Mindfulness. Las sesiones grupales de reducción del estrés basada en mindfulness (MBSR) o terapia cognitivo-conductual (CBT) proporcionan un tratamiento efectivo para el dolor lumbar crónico.
Fuente: National Center for Complementary and Integrative Health. Complementary, Alternative, or Integrative Health: Cronic Pain: In depth: NCCIH; 2008. Disponible en: https://nccih.nih.gov/health/pain/chronic.htm [acceso: 20/04/2018]