El mundo está bajo el control de la pandemia de COVID-19. Se necesitan con urgencia medidas de salud pública que puedan reducir el riesgo de infección y muerte además de las cuarentenas. Este artículo revisa los roles de la vitamina D en la reducción del riesgo de infecciones del tracto respiratorio, el conocimiento sobre la epidemiología de la influenza y COVID-19 y cómo la suplementación con vitamina D podría ser una medida útil para reducir el riesgo. A través de varios mecanismos, la vitamina D puede reducir el riesgo de infecciones. Esos mecanismos incluyen inducir catelicidinas y defensinas que pueden disminuir las tasas de replicación viral y las concentraciones de citocinas proinflamatorias que producen la inflamación que daña el revestimiento de los pulmones, lo que lleva a la neumonía, así como el aumento de las concentraciones de citocinas antiinflamatorias. Varios estudios observacionales y ensayos clínicos informaron que la suplementación con vitamina D redujo el riesgo de influencia, mientras que otros no.
La evidencia que respalda el papel de la vitamina D en la reducción del riesgo de COVID-19 incluye que el brote ocurrió en invierno -momento en que las concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25 (OH) D) son más bajas- y que el número de casos en el hemisferio sur cerca del final del verano es bajo Se ha descubierto que la deficiencia de vitamina D contribuye al síndrome de dificultad respiratoria aguda y que las tasas de letalidad aumentan con la edad y con la comorbilidad de enfermedades crónicas, las cuales están asociadas con una menor concentración de 25 (OH) D.