Recientemente, se identificó un nuevo coronavirus como la causa del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). En ausencia de un tratamiento específico para el SARS, se debe considerar la posibilidad de que la vitamina C pueda mostrar efectos inespecíficos en infecciones virales graves del tracto respiratorio. Existen numerosos informes que indican que la vitamina C puede afectar el sistema inmune; por ejemplo, la función de los fagocitos, la transformación de los linfocitos T y la producción de interferón. En particular, la vitamina C aumentó la resistencia de los cultivos de órganos traqueales de embriones de pollo a la infección causada por un coronavirus aviar. Estudios en animales encontraron que la vitamina C modifica la susceptibilidad a varias infecciones bacterianas y virales, por ejemplo, proteger a los pollos de engorde contra un coronavirus aviar. Los ensayos controlados con placebo han demostrado de manera bastante constante que la duración y la gravedad de los episodios de resfriado común se reducen en los grupos de vitamina C, lo que indica que las infecciones respiratorias virales en humanos se ven afectadas por los niveles de vitamina C. También hay evidencia que indica que la vitamina C puede afectar la neumonía. En particular, tres ensayos controlados con sujetos humanos informaron una incidencia significativamente menor de neumonía en los grupos suplementados con vitamina C, lo que sugiere que la vitamina C puede afectar la susceptibilidad a las infecciones del tracto respiratorio inferior en ciertas condiciones. La posibilidad de que la vitamina C afecte las infecciones virales graves del tracto respiratorio parece justificar un estudio adicional, especialmente a la luz de la reciente epidemia de SARS.