Durante siglos se ha sabido que la cúrcuma exhibe actividad antiinflamatoria, pero una extensa investigación realizada en las últimas dos décadas ha demostrado que esta actividad de la cúrcuma se debe a la curcumina, un diferuloilmetano. Se ha demostrado que este agente regula numerosos factores de transcripción, citocinas, proteínas quinasas, moléculas de adhesión, estado redox y enzimas que se han relacionado con la inflamación. Se ha demostrado que el proceso de inflamación desempeña un papel importante en la mayoría de las enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, pulmonares, metabólicas, autoinmunes y neoplásicas.
En esta revisión, se proporciona evidencia del papel potencial de la curcumina en la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades crónicas proinflamatorias.
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2637808/
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