La hiperlipidemia es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular. Los fármacos de elección para el tratamiento de la hiperlipidemia son los fibratos, en el caso de la hipertrigliceridemia, o las estatinas, en el caso de la hipercolesterolemia. Recientemente, se ha demostrado que algunos de los fibratos más recetados causan hiperhomocisteinemia, que en sí misma ha sido reconocida como un factor de riesgo cardiovascular. En particular, el fenofibrato y el bezafibrato conducen a una elevación del 20 al 40% de los niveles plasmáticos del aminoácido aterogénico homocisteína, lo que posiblemente contrarresta la protección cardiovascular deseada. El mecanismo más probable para este aumento es una alteración del metabolismo de creatina-creatinina y cambios en la transferencia de metilo. El gemfibrozilo no aumenta la homocisteína. Las estatinas no tienen efecto sobre la concentración de homocisteína en plasma. Por lo tanto, los pacientes con hipertrigliceridemia pueden tratarse simultáneamente con fenofibrato y vitaminas o con gemfibrozilo.