Nutrición
Uno de los instrumentos básicos de trabajo en Salud y Medicina Integrativa (SyMI) es la aliemntación y la nutrición. Alimentarse representa una de las necesidades básicas del ser humano que, en general, vive en sociedades desarrolladas un exceso, con sobrealimentación y, al mismo tiempo, con una nueva realidad alimentaria de productos cultivados en circunstancias de alta intensividad, uso de pesticidas, conservantes, prolongadores de vida, etc. Frente a ello, es necesario una creciente toma de información y conciencia de la sociedad común que está obligando a nuevas regulaciones, a nuevas medidas de protección del consumidor y a adaptaciones de las empresas productoras, manipuladoras y comercializadoras.
Información general
La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud y ayuda a protegernos de la malnutrición en todas sus formas, así como de las enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad.
La composición exacta de una alimentación saludable, equilibrada y variada depende de las necesidades de cada persona (por ejemplo, de su edad, sexo, hábitos de vida, ejercicio físico), el contexto cultural, los alimentos disponibles localmente y los hábitos alimentarios. No obstante, los principios básicos de la alimentación saludable son siempre los mismos.
Adultos. Para tener una alimentación sana es preciso:
- Comer frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales.
- Ingerir al menos 400 g (5 porciones) de frutas y hortalizas al día.
- Limitar el consumo de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta calórica total, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso saludable que consuma aproximadamente 2000 calorías al día.
- Limitar el consumo de grasa (1, 2, 3) al 30% de la ingesta calórica diaria. Las grasas no saturadas (presentes, por ejemplo, en el aceite de pescado, los aguacates, los frutos secos, o el aceite de girasol, canola y oliva) son preferibles a las grasas saturadas (presentes, por ejemplo, en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso y la manteca de cerdo).
- Limitar el consumo de sal a menos de 5 gramos al día (aproximadamente una cucharadita de café) y consumir sal yodada.
Lactantes y niños pequeños. En los dos primeros años de la vida de un niño, una nutrición óptima impulsa un crecimiento sano y mejora el desarrollo cognitivo. Además, reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad y de desarrollar enfermedades no transmisibles más adelante.
Los consejos para una alimentación saludable durante la lactancia y la niñez son los mismos que en el caso de los adultos, aunque los consejos que figuran a continuación también son importantes.
- Debe alimentarse a los lactantes exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida.
- La lactancia materna debe continuar al menos hasta los dos años.
- A partir de los seis meses de edad, deberán introducirse en la alimentación del niño alimentos complementarios, variados, adecuados, inocuos y nutritivos, sin abandonar la lactancia materna. No deberá añadirse sal o azúcar a los alimentos complementarios.
Fuente: Organización Mundial de la Salud. [Internet] Disponible en: http://www.who.int/topics/nutrition/es/ [acceso 25/04/2018]
La microbiota o flora intestinal está compuesta por una serie de microorganismos que se alimentan de la fibra que consumimos en la dieta, principalmente de hidratos de carbono, en forma de fibras y alomidones. Si queremos repoblar eficazmente nuestro intestino de una flora o microbiota saludable, la dieta debe aportar: alimentos con propiedades prebióticas, antibióticas y probióticas.
- Los alimentos prebióticos son aquellos ricos en fibra prebiótica, es decir, fibra fermentable para las bacterias del intestino. No toda la fibra tiene efecto prebiótico. La mejor fuente de fibra son las frutas, verduras, tubérculos y legumbres, que proporcionan fibras solubles.
- Los alimentos antibióticos son plantas que actúan contra las bacterias infecciosas o patógenas de nuestros instestino, como el ajo, las cebollas (en crudo), jengibre, cúrcuma, canela, etc. Las hierbas aromáticas, como el romero, tomillo o el orégano, son un excelente recurso antibiótico natural.
- Los probióticos son bacterias que se ingieren a través de los alimentos fermentados o de los suplementos. Se pueden recomendar suplementos probióticos que ayuden a poblar los intestinos y mejorar su composición.
Fuente: Botanical-online. Página informativa sobre plantas, alimentos, naturaleza y alimentación. 2018. Disponible en: www.botanical-online.com [acceso 25/04/2018]
La nutrigenética investiga las variantes genéticas que causan una determinada enfermedad, y su riesgo. Estudia el genoma particular de un individuo, o un grupo de individuos y a partir de los resultados se determina el riesgo que tiene este individuo o este grupo, de padecer una determinada enfermedad. De esta manera, con la nutrigenética se puede recomendar un tipo de dieta capaz de minimizar el riesgo a contraer una determinada enfermedad. Se puede considerar como el estudio de una variación (nutricional) de la genética.
Por tanto, el objeto principal de la nutrigenética es establecer una serie de recomendaciones nutricionales basándose en la predisposición genética de cada paciente. Aportando de esta manera al nutricionista una herramienta muy útil con la que elaborar una dieta personalizada a sus pacientes.
La nutrigenómica también es denominada genómica nutricional, y es la parte de la ciencia que estudia la interacción de los alimentos con el genoma. Es decir, estudia qué manera los nutrientes y otros componentes de los alimentos interaccionan o incluso modulan el material genético. De tal forma que, al hacer una interpretación determinada del material genético, los distintos tipos de dietas podrían desembocar en distintos resultados, sin olvidar la variabilidad individual. En la actualidad, las líneas generales de investigación de nutrigenómica que más peso tienen son aquellas que trabajan en prevenir la obesidad, así como enfermedades de carácter cardiovascular. En general, la nutrigenómica es una rama muy joven de la genética que actualmente está en “sus comienzos” y de la cual queda mucho camino por descubrir.
Fuente: Instituto Nutrigenómica [Internet] Disponible en https://institutonutrigenomica.com/ [acceso 25/04/2018]
La buena alimentación o nutrición es especialmente importante en la enfermedad cáncer debido a que tanto la enfermedad, como su tratamiento, pueden cambiar la forma en que come. El cáncer y su tratamiento también pueden afectar la manera en que su cuerpo tolera ciertos alimentos, así como su capacidad de emplear los nutrientes.
Las necesidades de nutrientes de la gente con cáncer varían para cada persona. Su equipo de atención médica contra el cáncer puede ayudarle a identificar sus metas de nutrición y planear algunas formas para ayudarle a conseguirlas. Comer bien durante el tratamiento contra el cáncer podría ayudar a:
- Sentirse mejor.
- Mantener un nivel elevado de fuerza y energía.
- Mantener su peso y las reservas de nutrientes de su cuerpo.
- Tolerar mejor los efectos secundarios relacionados con el tratamiento.
- Reducir su riesgo de infecciones.
- Sanar y recuperarse más rápidamente.
Alimentarse bien significa comer una variedad de alimentos para obtener los nutrientes que el cuerpo necesita para luchar contra el cáncer. Estos nutrientes incluyen proteínas, carbohidratos, grasa, agua, vitaminas y minerales.
- Proteínas: Las proteínas son necesarias para el crecimiento y la reparación del tejido corporal, así como para mantener sano nuestro sistema inmunológico. Cuando su cuerpo no recibe suficiente proteína, puede que recurra a desprender de la masa muscular el combustible que necesite. Esto podría prolongar el tiempo de recuperación de la enfermedad y reducir la resistencia a las infecciones. Las personas con cáncer a menudo necesitan más proteína de lo común. Después de la cirugía, la quimioterapia o la radioterapia, normalmente se necesita proteína adicional para sanar los tejidos y ayudar a combatir las infecciones.
- Grasas: Las grasas tienen un papel importante en la nutrición. Las grasas y aceites se componen de ácidos liposos que sirven como una fuente rica de energía para el cuerpo. El cuerpo separa las grasas y las usa para almacenar energía, aislar los tejidos del cuerpo y transportar algunos tipos de vitaminas a través de la sangre.
- Agua: El agua y los líquidos o fluidos son vitales para la salud. Todas las células del cuerpo necesitan agua para funcionar. Si no se ingiere suficiente líquido o si se pierde mucho líquido por causa de vómitos y diarrea, el cuerpo puede deshidratarse (que su cuerpo no cuente con una cantidad suficiente de fluidos como corresponde). Si esto sucede, los líquidos y minerales que ayudan a mantener el buen funcionamiento del cuerpo pueden llegar a niveles peligrosos por descompensación (desequilibrio por escasez). Usted obtiene agua de los alimentos que consume, pero una persona debe beber alrededor de ocho vasos de 235 ml (8 oz) de líquido cada día para asegurar que las células del cuerpo reciban la cantidad necesaria de fluidos.
- Vitaminas y minerales: El cuerpo necesita cantidades pequeñas de vitaminas y minerales para funcionar adecuadamente. La mayoría se encuentra de forma natural en los alimentos. También hay complementos (suplementos) que se venden en forma de bebidas nutricionales o pastillas. Ellos ayudan a que su cuerpo utilice la energía (calorías) proporcionada por los alimentos.
- Antioxidantes: Los antioxidantes incluyen vitamina A, C y E, así como selenio y zinc, al igual que algunas enzimas que absorben y se adhieren a los radicales libres para evitar que ataquen a las células normales.
- Fitonutrientes: Los fitonutrientes o fitoquímicos son compuestos vegetales como carotenoides, licopeno, resveratrol y fitosteroles que se piensa que tienen propiedades que protegen la salud. Se encuentran en plantas tales como frutas y verduras, o en productos de origen vegetal, como el tofu o el té. Es mejor consumir los fitoquímicos en alimentos que los contienen, en lugar de tomar suplementos o pastillas.
- Hierbas: Las hierbas se han usado para tratar enfermedades desde cientos de años, con resultados diversos. Actualmente, las hierbas se pueden encontrar en una gran variedad de productos como pastillas, extractos líquidos, tés y ungüentos.
Fuente: American Cancer Society [Internet] Disponible en https://www.cancer.org/ [acceso 25/04/2018]
La nutrición y el sistema inmunitario del organismo están íntimamente relacionados. Por una parte, la desnutrición produce una disminución de la respuesta inmunitaria, que hace que las infecciones de los pacientes desnutridos sean más graves y prolongadas.
La inmunonutrición se basa en la administración de ciertas sustancias nutritivas que se espera que tengan, además del efecto nutritivo en sí, un efecto terapéutico sobre el estado inmunológico del paciente.
Un ejemplo de inmunonutrición consiste en llevar a cabo una dieta antiinflamatoria. Este tipo de dieta consiste en un tipo de alimentación en el que se fomenta el consumo de alimentos saludables de buena calidad, en cantidades adecuadas. Se potencia el consumo de alimentos con grasas saludables, y se recomiendan ciertas plantas, verduras, frutas y alimentos con propiedades antiinflamatorias.
Existen muchas enfermedades que cursan, entre otros síntomas, con un estado inflamatorio del organismo. El uso de plantas y alimentos con propiedades antiinflamatorias mejora el dolor y la evolución de estas afecciones.
Algunos de los inmunonutrientes más estudiados son la glutamina, los ácidos grasos omega 3 y la arginina.
- La glutamina orales un aminoácido que se está estudiando para el tratamiento de la diarrea y la mucositis (inflamación del revestimiento del sistema digestivo, a menudo vista como llagas en la boca) que puede ser causada, por la quimioterapia o la radioterapia. La glutamina oral puede ayudar a prevenir la mucositis o reducirla.
- Los ácidos grasos omega 3 desarrollan funciones básicas del organismo, como el metabolismo lipídico, la coagulación y presión sanguínea, o la regulación de los procesos inflamatorios. También contribuyen al buen funcionamiento del cerebro, el sistema inmune y el sistema nervioso.
- La arginina fortalece el sistema inmunitario e interviene en la liberación y acción de algunas hormonas, como la hormona del crecimiento y la insulina. sto hace que de forma indirecta este aminoácido prevenga la aparición de complicaciones de salud asociada a las infecciones bacterianas o víricas. Así pues, algunos de los principales beneficios de la arginina son los siguientes:
- Aumenta la sensibilidad a la insulina.
- Retrasa el envejecimiento.
- Potencia la respuesta inmunitaria.
- Ayuda a que la musculatura mantenga su buen funcionamiento.
- Permite regular mejor los niveles de azúcar en sangre.
Fuente:
American Cancer Society [Internet] Disponible en https://www.cancer.org/ [acceso 25/04/2018]
Botanical-online. Página informativa sobre plantas, alimentos, naturaleza y alimentación. 2018. Disponible en: www.botanical-online.com [acceso 25/04/2018]
En la actualidad, la crononutrición estudia el efecto de la alimentación sobre nuestro sistema circadiano. Es decir, estudia el efecto de la ingesta sobre la secreción de hormonas relacionadas con el hambre, la saciedad, el sueño, la vigilia, la tolerancia a la glucosa, etc. y las repercusiones de estos efectos. Los ritmos circadianos establecen la producción y liberación de determinadas hormonas según la hora del día y los cambios ambientales. Dichas hormonas también tienen una gran influencia en el metabolismo.
Si se lleva a cabo un horario de comidas inusual, como el que establecen aquellos individuos con un horario por turnos, se pueden producir perjuicios tales como intolerancia a los carbohidratos, alteración de los ritmos del cortisol (la hormona del estrés), alteración de los ritmos de la temperatura (perjudicando la pérdida de peso), una menor oxidación de carbohidratos, y un menor gasto energético en reposo.
Pero el ritmo circadiano no tiene efectos tan solo a nivel del sistema digestivo, sino en todos los tejidos del organismo, incluyendo el tejido adiposo o grasa corporal. Existen hormonas que influyen en el hambre y la saciedad y que tienen un pico máximo de segregación dependiendo de la hora del día. Esto puede provocar que se consuman más o menos alimentos, o bien que se almacene grasa corporal de forma más o menos eficiente. A más eficiencia para almacenar grasa, más facilidad para ganar peso.
La investigación realizada sobre crononutrición, se ha llegado a la conclusión de que:
- Realizar las comidas de manera tardía puede influenciar en la pérdida de peso o favorecer el exceso de peso
- Realizar las comidas tarde puede aumentar el riesgo de padecer Diabetes Tipo 2
- Dar más importancia a la cena que al desayuno es un error frecuente que puede llevar al exceso de peso y al síndrome metabólico
Fuente: ENDOCS. Endocrinología y Nutrición. [Internet] Disponible en http://www.endocrino.cat/ [acceso 25/04/2018]