No existen genes que hayan sido seleccionados para promover el envejecimiento. La teoría evolutiva del envejecimiento nos dice que existe una compensación entre el mantenimiento del cuerpo y la inversión en reproducción. Es comúnmente aceptable que el proceso de envejecimiento esté impulsado por la acumulación de daños moleculares durante toda la vida, principalmente debido a especies reactivas de oxígeno (ROS) producidas por las mitocondrias, así como a errores aleatorios en la replicación del ADN. Aunque el envejecimiento en sí no es una enfermedad, numerosas enfermedades están relacionadas con la edad, como el cáncer, la enfermedad de Alzheimer, la aterosclerosis, los trastornos metabólicos y otros, probablemente causados por una inflamación de bajo grado provocada por el estrés por oxígeno y manifestada por un mayor nivel de citocinas proinflamatorias como como IL-1, IL-6 y TNF-alfa, codificados por genes activados por el factor de transcripción NF-kappaB. Se cree que el envejecimiento es plástico y puede ser frenado por la restricción calórica, así como por algunos nutracéuticos. Dado que se cree que el proceso inflamatorio de bajo grado contribuye sustancialmente al envejecimiento, se puede reducir el envejecimiento y posponer la aparición de enfermedades relacionadas con la edad bloqueando la inflamación dependiente de NF-kappaB. En esta revisión consideramos la posibilidad de que la curcumina de especias naturales, un poderoso antioxidante, agente antiinflamatorio e inhibidor eficiente de NF-kappaB y la vía de señalización de mTOR que se superpone a la de NF-kappaB, disminuyan el envejecimiento.