El tratamiento prolongado con benzodiacepinas es una práctica común a pesar de las recomendaciones clínicas de uso a corto plazo. Las benzodiazepinas son utilizadas por aproximadamente el 4% de la población general, con un aumento de la prevalencia en poblaciones psiquiátricas y ancianos. Después de un uso prolongado, a menudo es difícil descontinuar las benzodiacepinas debido a la dependencia psicológica y fisiológica. Esta revisión investigó si las intervenciones farmacológicas pueden facilitar la disminución gradual de las benzodiazepinas. El objetivo ha sido evaluar los beneficios y los daños de las intervenciones farmacológicas para facilitar la interrupción del uso crónico de benzodiazepinas.