Introducción En la actual época del Antropoceno, caracterizada por crisis ambientales intensificadas e inducidas por humanos y desastres naturales, la interconexión entre la salud humana y la salud del planeta se ha vuelto más evidente, con la consiguiente responsabilidad de promover condiciones de vida saludables [1]. En nuestro mundo interconectado, los desafíos de salud trascienden fronteras, y abordarlos requiere soluciones integrales que consideren la compleja interacción de factores que influyen en los resultados de salud. La pandemia de COVID-19 ha demostrado que los sistemas de atención médica actuales tienen limitaciones y vulnerabilidades. Esto destaca la importancia de adoptar estrategias preventivas y de promoción de la salud que vayan más allá de las fronteras nacionales. Conceptos como la salud planetaria y One Health están surgiendo como estrategias integradas y unificadoras para optimizar la salud de las personas, los animales, las plantas y el ecosistema planetario.
Para abordar los complejos desafíos globales del siglo XXI, que incluyen conflictos geopolíticos, crisis económicas, desastres ambientales y pandemias, es crucial repensar la atención médica. Esta reimaginación es esencial para alcanzar con éxito los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y crear un futuro mejor y más sostenible para todos. Es fundamental abordar cuidadosamente los determinantes sociales y ambientales de la salud más allá de las nociones convencionales de atención médica limitada al cuidado de la enfermedad. La atención médica debe priorizar explícitamente el bienestar y la prosperidad de individuos y comunidades, examinando de manera más amplia las políticas sociales que impactan la salud, como la agricultura y los alimentos, el transporte, la planificación urbana, la vivienda, el racismo, el sexismo, la seguridad de las armas, la justicia penal, la guerra y la paz. Adoptar principios como la Cobertura Universal de Salud (CUS), la atención médica preventiva, colaboraciones multisectoriales, justicia social, responsabilidad ambiental e innovaciones tecnológicas digitales puede allanar el camino hacia sociedades más equitativas y resilientes.